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Planeación de diciembre: proyectos cortos, evaluación ligera y bienestar
Diciembre en las escuelas de educación básica en México tiene un ritmo propio: ceremonias, convivios,
entrega de calificaciones, reuniones con madres y padres de familia, además de la necesidad de cerrar
contenidos y preparar el siguiente periodo. En este contexto, una planeación flexible, con proyectos
cortos, evaluación ligera y enfoque en el bienestar puede marcar la diferencia para el docente y su
grupo.
¿Por qué diciembre requiere otra lógica de planeación?
En el calendario escolar de la SEP, diciembre suele ser un mes con menos días efectivos de clase,
pero con alta carga emocional y administrativa. Pretender avanzar al mismo ritmo que en otros meses
genera frustración, agobio y, muchas veces, aprendizajes superficiales.
Ajustar la planeación no significa “bajar la exigencia”, sino redefinir metas alcanzables que
prioricen:
- Consolidar aprendizajes clave trabajados durante el periodo.
- Fortalecer habilidades socioemocionales antes del receso.
- Cuidar la salud mental y el bienestar tanto del alumnado como del personal docente.
- Cumplir con los procesos de evaluación de forma organizada y humana.
Al asumir que diciembre es un mes distinto, el o la docente puede diseñar actividades significativas,
breves y realistas, sin perder de vista los propósitos del plan de estudios vigente.
Proyectos cortos con sentido
Los proyectos cortos son ideales para diciembre porque permiten integrar contenidos de varias
asignaturas en menos tiempo y con productos sencillos, sin descuidar la profundidad del aprendizaje.
Características de un buen proyecto corto
- Duración limitada: de 3 a 5 sesiones, fácilmente adaptables a los días disponibles.
- Propósito claro: que el grupo entienda qué aprenderán y para qué les sirve.
- Vinculación con la vida cotidiana: temas relacionados con la familia, la comunidad,
las tradiciones locales o el cierre de año. - Producto sencillo y compartible: afiches, pequeños textos, exposiciones breves,
murales o actividades de reflexión. - Participación activa: que todos y todas tengan algo que aportar, respetando
ritmos y estilos de aprendizaje.
Ideas de proyectos cortos por nivel
- Preescolar:
“Lo que aprendimos este año”. Niñas y niños elaboran dibujos o dictan al adulto frases sobre lo
que más les gustó aprender. Se puede cerrar con una “galería” en el aula y una rueda de la palabra
para compartir emociones. - Primaria:
“Cuidar a mi comunidad en fin de año”. El grupo identifica acciones para el cuidado del entorno
(ahorro de agua, evitar basura, respeto a mascotas) y crea carteles con mensajes claros. Se
trabajan comprensión lectora, escritura y valores. - Secundaria:
“Mi balance del año escolar”. Mediante breves textos argumentativos o presentaciones orales,
el alumnado reflexiona sobre sus logros, retos y metas para el siguiente periodo. Se pueden integrar
elementos de educación socioemocional y tutoría.
Lo importante es que el proyecto responda al contexto del grupo y recupere contenidos relevantes de
las asignaturas, sin recargar con tareas largas o complicadas de gestionar en estos días.
Evaluación ligera, pero significativa
La evaluación en diciembre suele estar ligada al cierre de periodo y a la entrega de calificaciones.
Sin embargo, puede ser una oportunidad para realizar una evaluación formativa, centrada en el proceso,
que no sature al docente con instrumentos extensos.
Estrategias prácticas de evaluación ligera
- Listas de cotejo breves: con pocos criterios esenciales (por ejemplo, 3 a 5),
aplicadas durante el desarrollo de los proyectos cortos. - Autoevaluación guiada: preguntas sencillas como “¿qué aprendí?”, “¿qué me costó
trabajo?”, “¿qué quiero mejorar?” que el alumnado responda de forma escrita u oral. - Cocreación de criterios: definir junto con el grupo qué significa “hacer bien” la
actividad o el proyecto; esto favorece la corresponsabilidad en la evaluación. - Observación sistemática: anotar breves comentarios sobre participación,
colaboración y manejo de emociones en una bitácora docente. - Portafolio selectivo: elegir solo algunas evidencias clave del periodo, en lugar
de intentar revisar todo lo trabajado.
La clave está en elegir pocas evidencias, pero de calidad, y usarlas para retroalimentar al alumnado
y orientar la comunicación con las familias, sin convertir diciembre en un maratón de calificaciones.
Bienestar y clima emocional en el aula
Diciembre puede despertar alegría, nostalgia, estrés o preocupación en el alumnado y en el personal
docente. El enfoque en bienestar no se opone al logro académico; al contrario, un clima emocional
cuidado facilita el aprendizaje y la convivencia.
Acciones sencillas para cuidar el bienestar
- Iniciar con una emoción: dedicar unos minutos al inicio de la clase para que el
grupo exprese cómo se siente, utilizando tarjetas, dibujos o palabras clave. - Micro pausas activas: breves ejercicios de respiración, estiramientos o dinámicas
de movimiento para liberar tensión. - Ritos de cierre: pequeñas ceremonias al final de la jornada o del proyecto:
un aplauso colectivo, un mensaje de agradecimiento o un círculo de reflexión. - Cuidado del lenguaje: evitar frases centradas solo en “apúrate” o “ya vamos tarde”
y sustituirlas por mensajes que reconozcan el esfuerzo y el proceso. - Cuidado del propio docente: reconocer límites, planear tiempos realistas y, en la
medida de lo posible, distribuir tareas con el colectivo escolar para no asumir todo en soledad.
Un aula donde se validan las emociones, se respetan los ritmos y se reconocen los logros favorece
que niñas, niños y adolescentes regresen del receso con mayor disposición para seguir aprendiendo.
Organización del tiempo en diciembre
Para que la planeación de diciembre funcione, conviene trazar un esquema general de las semanas,
considerando actos cívicos, ensayos, reuniones y otros compromisos institucionales.
- Semana 1: elegir y diseñar uno o dos proyectos cortos, definir propósitos,
criterios de evaluación y actividades clave. - Semana 2: desarrollar la mayor parte de las actividades del proyecto, integrar
contenidos de diferentes asignaturas y aplicar evaluación formativa. - Últimos días: cerrar proyectos, realizar retroalimentación grupal, completar
registros de evaluación y dedicar espacios a la convivencia y al balance del periodo.
Un calendario visual en el aula, co-construido con el grupo, ayuda a que todos sepan qué se hará cada
día y reduce la ansiedad por lo “pendiente”.

