28 de diciembre — Pensamiento crítico y buen trato: más allá de las ‘bromas

Contexto y propósito

En México, las fiestas y celebraciones que ocurren a finales de año suelen desbordar el ambiente escolar con bromas, juegos y dinámicas entre pares. Si bien estas experiencias pueden fortalecer la convivencia, también pueden acarrear situaciones de burla, intimidación o malentendidos. El objetivo de esta guía es proponer un enfoque estructurado que combine pensamiento crítico y buen trato, alineado con los principios de la Secretaría de Educación Pública (SEP), para que docentes de educación básica fomenten un clima de aprendizaje seguro, inclusivo y respetuoso.

Pensamiento crítico como habilidad transversal

El pensamiento crítico no es una habilidad aislada; es un proceso que permite cuestionar, analizar evidencias y evaluar consecuencias antes de actuar. En el aula, puede integrarse a través de:

• Plantear preguntas abiertas ante una situación de “broma” y pedir evidencia: ¿Qué se sabe? ¿Qué pruebas hay de que algo podría herir a alguien?
• Analizar consecuencias: ¿Cómo afecta a los demás la acción propuesta? ¿Qué impactos podrían surgir a corto y largo plazo?
• Comparar perspectivas: ¿Qué piensan diferentes estudiantes, docentes y familias sobre la misma situación?
• Reflexión ética guiada: ¿Qué valores están involucrados (dignidad, solidaridad, responsabilidad) y qué decisión sería más justa?

Buen trato y convivencia escolar

El buen trato implica reconocer la dignidad de cada persona y trabajar para que las diferencias no se conviertan en fuente de conflicto. En prácticas cotidianas, se recomienda:

• Establecer acuerdos de convivencia al inicio del ciclo y revisarlos durante el año, incorporando ejemplos ligados a fiestas y tradiciones.
• Practicar la escucha activa, validando emociones y experiencias distintas sin juicios apresurados.
• Modelar y reforzar conductas respetuosas: agradecer, pedir disculpas y proponer soluciones colaborativas cuando surjan conflictos.
• Discutir límites claros sobre qué es una broma aceptable y qué tipo de humor podría herir a alguien.

Estrategias prácticas para el aula

Las siguientes acciones permiten incorporar pensamiento crítico y buen trato sin perder la cohesión del grupo ni la alegría de las celebraciones:

1. Análisis de escenarios: presentar una situación breve relacionada con una broma y trabajar en grupos para identificar supuestos, sesgos y alternativas más empáticas.
2. Rueda de palabras: cada estudiante aporta una palabra o frase que describa cómo se siente ante la situación; se analizan las emociones desde la diversidad de experiencias.
3. Carteles de valores: crear en equipo carteles que conecten valores (respeto, empatía, responsabilidad) con conductas observables en el aula.
4. Roles rotativos: asignar roles temporales para negociar dinámicas de grupo, garantizando que todas las voces sean escuchadas y que nadie quede al margen.
5. Acuerdos de cierre: al terminar una actividad, pedir que cada estudiante comparta una acción concreta que aplicará para evitar dañar a otros.

Inclusión y diversidad como ejes centrales

En el marco de la diversidad presente en las escuelas mexicanas, es fundamental que las actividades sean accesibles y que se eviten estereotipos. Para ello:

• Adaptar materiales y dinámicas a distintos estilos de aprendizaje y a necesidades educativas especiales, sin estigmatizar.
• Incorporar ejemplos culturales y regionales que respeten identidades diversas, promoviendo un sentido de pertenencia para todos los estudiantes.
• Establecer criterios de evaluación que valoren el pensamiento crítico y la actitud de cuidado hacia los demás, no solo la respuesta correcta.

Evaluación formativa y observación docente

La evaluación en este marco debe centrarse en procesos y conductas observedoras, no en juicios personales. Propuestas de observación incluyen:

• Notas de observación sobre la participación de cada estudiante y su capacidad para escuchar y responder con empatía.
• Rúbricas simples que valoren: claridad del razonamiento, uso de evidencias, respeto en la interacción y soluciones colaborativas.
• Autoevaluación breve: los estudiantes señalan qué aprendieron sobre pensamiento crítico y cómo aplicarán el aprendizaje en situaciones futuras.

Conclusiones para docentes SEP

Desarrollar pensamiento crítico y promover un buen trato no implica frenar la alegría de las interacciones estudiantiles, sino canalizarla hacia prácticas responsables. La temporada de fin de año puede convertirse en una oportunidad formativa para aprender a analizar, preguntar y actuar con consideración hacia quienes nos rodean. La clave es la planificación, la coherencia entre principios y prácticas, y una comunicación constante con familias y comunidades escolares.